domingo, 29 de agosto de 2010

LA MIEL EN GUATEMALA

Producción nacional de miel


Estimar la producción nacional resulta un tanto difícil, por la diversidad de medidas utilizadas en el país. Por ejemplo, el censo agropecuario utiliza el litro como unidad de volumen para cuantificar la producción, mientras que los productores utilizan el quintal y el tonel (a su vez el tonel equivale a diferentes libras). A nivel internacional, se usan las toneladas métricas. El Banco de Guatemala y AGEXPORT usan como medida la tonelada métrica y los kilos para cuantificar las exportaciones. Para efectos de este estudio se han utilizado las siguientes unidades de medida:

Un quintal = 100 libras

Un tonel = 660 libras

Una tonelada métrica =1.000 kilogramos o 2,246 libras



Según los datos del censo agropecuario realizado por el INE en el año 2003, el total nacional de colmenas fue de 60,039. Los departamentos que poseen el mayor número de colmenas son San Marcos con 8,711 colmenas (14.5%), Retalhuleu con 7,754 (12.9%), Santa Rosa con 5,657 (9.42%), y Huehuetenango con 5,452 (9%) (ver Gráfica 1). Mientras tanto, Izabal y Sacatepéquez son los departamentos con menor número de colmenas registradas.



Respecto a la producción de miel de abeja, el INE estima que es de 807,909 litros a nivel nacional. Los departamentos que presentan las mayores cantidades de producción de miel con respecto al total nacional son: San Marcos con el 18.5% (con una producción de 149,831 L), Retalhuleu con 14.5% (117,006 L), Suchitepéquez con 11.9% (95,117 L), y Huehuetenango con 10.1% (81,266 L). Los otros departamentos presentan porcentajes que van desde 0.1% en Izabal, hasta 7.9% en Santa Rosa. En la Gráfica 2 se muestra la producción total nacional por los departamentos de la República.



Según la información suministrada por el MAGA y el Comité de la Cadena Apícola adscrito a CONADEA, la producción del año 2005 correspondió a 1,680 TM (ver Tabla 2).



En otros derivados, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la producción total de polen es de 10,350 LB, aportadas principalmente por los departamentos de Sololá (5,328 LB), Huehuetenango (1,495 LB), San Marcos (1,140 LB) y el Quiché con 386 LB.



Según la FAO, en los años 1998 a 2003, la producción guatemalteca de miel de abeja se mantuvo estable, y a partir de 2003 se nota un deterioro. Sin embargo, al consultar las estadísticas nacionales, los datos de AGEXPORT (2004) y CONADEA (2005) indican que la producción registrada se mantuvo estable (1,700 TM y 1,680 TM), respectivamente (Ver Tabla 2).

QUE ES LA MIEL?

Podría considerársele el alimento perfecto, porque, además de su delicioso sabor, la miel tiene propiedades no sólo nutricionales sino medicinales




Laboriosas como nadie, las abejas, además de excelentes arquitectos, podrían considerarse los mejores y más sabios alquimistas de la naturaleza. Al fin y al cabo, su invento, la miel, ha sido utilizado como alimento en todas las épocas y culturas de la humanidad, y desde siempre se han conocido sus cualidades nutritivas y medicinales.



Los divinos y curiosos griegos encontraron en ella propiedades antisépticas, calmantes, tonificantes, diuréticas y laxantes. Incluso en la cultura egipcia formaba parte de los elementos rituales utilizados para la momificación, además de que se le incluía entre los alimentos que el difunto llevaba para no pasar hambre durante su viaje hasta el más allá.



Multisustanciosa



Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.



Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas ­proteínas y aminoácidos, entre otras­; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua ­si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas­, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.



No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina ­la cual, además, favorece la irrigación sanguínea­ aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.



Quizás las malas noticias son para las personas que cuidan su dieta contando calorías, porque 100 gramos de miel contienen 325 calorías; sin embargo, esto es especialmente recomendable para quienes requieren dosis adicionales de energía, como deportistas, personas que realizan actividades con altas exigencias físicas e intelectuales, niños y ancianos. Si bien la miel es asimilada perfectamente por la inmensa mayoría de las personas, pueden darse algunos casos en que se presente alguna reacción adversa, como por ejemplo aquellos que son alérgicos al polen y, por supuesto, los diabéticos.